La lógica económica capitalista ha generado en la sociedad una inercia de consumo irreflexivo. Necesidades creadas que nos llevan a consumir hasta morir, manteniéndonos en una insatisfacción constante. Una sociedad enferma que empieza a despertar del letargo. El consumo responsable es el camino a la cura, pero además, encierra en sí mismo, un inmenso poder transformador.
Fuente: TeatroDelbarrio
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